viernes, 23 de septiembre de 2016

MÁLAGA Y ALGUNO DE SUS ENCANTOS



Málaga es una ciudad y un municipio de España, capital de la provincia homónima y ubicada en la comunidad autónoma de Andalucía. Con una población de 572.947 habitantes en 2015, Málaga es la sexta ciudad más poblada de España, la segunda de Andalucía, y la número cuarenta y seis de la Unión Europea, así como la mayor de entre las que no son capitales autonómicas. Además, es la zona urbana más densamente poblada de la conurbación formada por el conjunto de localidades que se sitúan a lo largo de 160 km de la Costa del Sol  y el centro de un área metropolitana, que sobrepasa sus límites municipales, abarcando otros 12 municipios que suman 987 813 habitantes censados. Se estima, no obstante, que Málaga es la quinta área metropolitana de España, donde viven más de 1 millón de personas.
Está situada en el extremo oeste del mar Mediterráneo y en el sur de la península ibérica, a unos 100 km al este del estrecho de Gibraltar. Su término municipal ocupa una extensión de 398,25 km² que se extienden sobre los Montes de Málaga y el Valle del Guadalhorce. La ciudad está situada en el centro de una bahía rodeada de sistemas montañosos. Dos ríos, el Guadalmedina y el Guadalhorce, la atraviesan desembocando en el Mediterráneo.
Fundada por los fenicios en el siglo VIII a. C., lo que la convierte en una de las ciudades más antiguas de Europa, Málaga fue un municipio primero federado y luego de derecho latino del Imperio romano, y una próspera medina andalusí cuatro veces capital de su propio reino, que fue incorporada a la Corona de Castilla en 1487. Durante el siglo XIX la ciudad experimentó una destacable actividad industrial y revolucionaria que la situó como primera ciudad industrial de España y la hicieron merecedora de los títulos «Siempre denodada» y «La primera en el peligro de la libertad». Escenario de uno de los episodios más sangrientos de la Guerra Civil Española y protagonista de la explosión del boom turístico de las décadas de 1960 y 1970, Málaga constituye en la actualidad un notable centro económico y cultural, y un importante nodo de comunicaciones en el litoral mediterráne
El primer asentamiento colonial se localiza en la desembocadura del Guadalhorce, en un enclave conocido como cerro del Villar.49 En el lugar donde se asienta la ciudad existía un poblamiento bástulo, en base al cual los fenicios fundaron la colonia de Malaka, atraídos por las buenas condiciones para el atraque en su puerto natural y la gran cantidad de yacimientos de plata y cobre existentes.50 Tras un período de dominación cartaginesa, Malaka pasó a formar parte de Roma. En la época romana la ciudad (en latín Malaca) alcanzó un notable
 desarrollo. Dotada inicialmente de estatuto de municipio federado, obtuvo el de municipio de derecho latino durante el siglo I, tras la promulgación del «Edicto de Latinidad» para Hispania por parte de Vespasiano y la promulgación por Domiciano de la lex Flavia municipalis, que adaptaba las provisiones de las leyes municipales promulgadas por Augusto a las peculiaridades de los municipios de derecho latino de Hispania. La copia particular de Málaga se denomina Lex Flavia Malacitana.51 A esta etapa pertenecen el Teatro Romano, unas grandes Termas públicas52 53 y otras piezas escultóricas conservadas en el Museo Arqueológico
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La decadencia romana dio paso a la dominación de los pueblos germanos, que sobre el año 411 arrasaron las costas malagueñas. Con la intención de reconstruir el Imperio romano, el emperador bizantino Justiniano I
conquistó, entre otros territorios, Málaga.

HISTORIA DE MALAGA
Edad Media
Tras la conquista árabe, Mālaqa (en árabe مالقة) se convirtió en una ciudad floreciente, rodeada por un recinto amurallado junto al que se asentaban los barrios de comerciantes genoveses y las juderías. Málaga llegó a ser capital de la taifa hammudí, así como de otros tres efímeros reinos posteriormente. De esta época quedan trazas en el centro histórico y en dos de sus principales monumentos: la Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro. Contaba Mālaqa con dos arrabales fuera de las murallas El Perchel y la Victoria, un comercio que poseía un discreto radio de acción con Marruecos y una clase media dedicada a la artesanía y al comercio. En esta etapa vivió uno de sus hijos más ilustres: el filósofo y poeta judío Ibn Gabirol
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La conquista de la ciudad por los Reyes Católicos en 1487 supuso un episodio sangriento en la guerra final contra el Reino nazarí de Granada. El asedio de la ciudad fue uno de los más largos de la Reconquista, duró 6 meses y cortó el suministro de alimentos. La ciudad se rindió el 18 de agosto, entrando los reyes triunfalmente el día siguiente. La población fue castigada a la esclavitud o a pena de muerte.55
También en el asedio a la ciudad, la Reina Isabel la Católica casi fue asesinada. En una de las mezquitas, actualmente situada en la calle Granada, la Reina Isabel mandó tapar el arco moro de entrada, y mandó construir dos dristianos a los lados, convirtiendo esta mezquita en iglesia y apodándola: Santiago Matamoros.

EDAD MODERNA.
Bajo la influencia castellana, la ciudad comenzó a cambiar su trazado urbano e inició la construcción de la Catedral de Málaga, cuyo arquitecto fue Diego de Siloé, sobre los cimientos de la mezquita mayor. Las iglesias y conventos construidos fuera del recinto amurallado empiezan a aglutinar población, dando lugar a la formación de nuevos barrios

extramuros como La Trinidad o Capuchinos.  Del siglo XVI al siglo XVIII la ciudad entró en una época de inestabilidad, no sólo por las consecuencias que trajo consigo el levantamiento de los moriscos y su posterior expulsión, sino también por las epidemias e inundaciones provocadas por el río Guadalmedina, que se vieron acompañadas de varias malas cosechas sucesivas durante el siglo XVII, así como de epidemias, terremotos, explosiones de molinos de pólvora y las levas de soldados.

Las Civitates consideraban a Málaga un emporio de riqueza, debido a su enclave comercial privilegiado. Sus productos agrícolas, en especial los vinos y las exquisitas pasas, así como sus apreciadas vasijas vidriadas atraían gran afluencia de mercaderes extranjeros de distintas nacionalidades; Flandes, Inglaterra y Francia comerciaban principalmente con madera, tejidos y trigo, llevándose a cabo un importante intercambio de diferentes mercancías. El trato mercantil se realizaba principalmente durante "la vendeja
Málaga, sede de la Capitanía General de la Costa y Reino de Granada,59 jugó un papel esencial en la política exterior de los Borbones. Las armadas, el abasto de los presidios norteafricanos y la defensa del Mediterráneo se organizaban en la ciudad. Ello implicó un enorme gasto en defensa: Fortificación del puerto, torres en el litoral y regimientos de milicias. Además, la pérdida de Gibraltar en 1704 a manos de los británicos depositaba en Málaga una de las llaves del Estrecho.  Altos Hornos de Málaga. Fábrica de La Constancia, 1847.  Durante la segunda mitad del siglo XVIII se solucionarían los crónicos problemas de abastecimiento de aguas que sufría Málaga con la culminación de uno de los proyectos de ingeniería más importantes llevados a cabo en España en esa centuria: el Acueducto de San Telmo
SIGLO XIX
En los primeros años del siglo, Málaga tendría un papel protagonista en la Guerra de la Independencia española; contribuiría decisivamente a la primera victoria de un ejército europeo en campo abierto sobre las tropas de Napoleón en la batalla de Bailén, con miles de voluntarios y, a la cabeza de las tropas españolas, su Gobernador, el general Teodoro Reding. En 1810, las tropas napoleónicas penetraron de nuevo en el Sur de España, siendo la ciudad ocupada hasta 1812 y teniendo que pagar cuantiosas contribuciones por haber sido la única capital sureña que se sublevó contra ellas. Durante gran parte de la centuria, Málaga fue una de las ciudades más levantiscas del país, contribuyendo decisivamente al triunfo del liberalismo en España. Tanta actividad revolucionaria le valieron el título «siempre denodada» y la leyenda «la primera en el peligro de la libertad».


Fue una ciudad pionera en la península con el inicio de la Revolución Industrial, llegando a ser la primera ciudad industrial de España, y a mantener después el segundo puesto tras Barcelona durante años. Las actividades mercantiles también tuvieron un importante incremento y de 1860 a 1865 las comunicaciones sufren una gran revolución. Será esta la época de las grandes familias burguesas malagueñas, algunas de ellas con influencia en la política nacional. Bajo la influencia de estos, Málaga tiene ya dos sectores bien definidos, ambos enclavados fuera del centro de origen medieval: en el extremo occidental el paisaje urbano empieza a configurarse influenciado por la actividad industrial, mientras que en el otro extremo de la ciudad empiezan a aparecer villas y hoteles.

Con la renuncia al trono de Amadeo de Saboya se producen grandes disturbios y se declara el Cantón de Málaga. La vida política malagueña durante el sexenio democrático (1868-1874) se caracterizó por un tono radical y extremista. El republicanismo federal logró fuertes apoyos en las clases populares y alentó insurrecciones que produjeron gran alarma entre los sectores acomodados.  La decadencia de la ciudad se inició a partir de 1880. La crisis hace cerrar las fundiciones malagueñas y vino acompañada por el derrumbe la industria azucarera y la plaga de filoxera, que hundió al viñedo malagueño. El abandono de estas fincas trajo consigo una fuerte deforestación de las laderas, lo que causó un incremento de las avenidas de agua, que provocó muchos desastres y muertos hasta bien entrado el siglo XX

SIGLO XX
El comienzo del siglo XX es un periodo de reajustes económicos en el que se produce un progresivo desmantelamiento industrial y un errático comportamiento de la actividad comercial.63 Todo ello, en el seno de una sociedad atrasada y escasamente alfabetizada, en la que una ahora débil oligarquía ejerce el control económico y político.
Conflictividad social, depresión económica y unas endebles estructuras de gobierno, constituyen el cóctel perfecto para que el republicanismo y los movimientos obreros refuercen su presencia en la ciudad.

En 1931, tras la proclamación de la Segunda República Española, Málaga fue la ciudad española más afectada en los trágicos sucesos provocados por los anticlericales y extremistas de izquierda, entre los días 10 y 13 de mayo, conocidos como la quema de conventos. En 1933, salió de Málaga el primer diputado del Partido Comunista de España, debido a esto y al gran número de militantes activos relacionados con el socialismo, el anarquismo y el comunismo, durante esta época Málaga era denominada Málaga la Roja, a pesar de los sectores liberales y conservadores de la ciudad, cuya presencia también era numerosa.


Tras el estallido de la Guerra Civil, la ciudad permaneció bajo el control republicano hasta principios de 1937, cuando el ejército franquista, con la ayuda de los voluntarios italianos y a las órdenes del general Queipo de Llano, lanzó una ofensiva contra la ciudad que fue ocupada el día 7 de febrero.69 La represión posterior fue una de las más duras y crueles de la guerra,70 estimada en unos diecisiete mil fusilados, enterrados en fosas comunes como las del cementerio de San Rafael .Durante la dictadura de Francisco Franco, Málaga experimentó una fuerte expansión demográfica, provocada por la inmigración desde diferentes puntos de la provincia hacia la propia capital, y económica, motivada por el boom turístico de la Costa del Sol. También se produjeron flujos migratorios hacia otras zonas España y Europa Central. Con la monarquía parlamentaria y la Constitución de 1978, Málaga saludaría al nuevo siglo como un notable centro cultural y económico del Sur español y del Mediterráneo, siendo la ciudad con mayor actividad económica de toda la CC. AA. andaluza.

URBANISMO DE MALAGA
El comienzo del siglo XX es un periodo de reajustes económicos en el que se produce un progresivo desmantelamiento industrial y un errático comportamiento de la actividad comercial.63 Todo ello, en el seno de una sociedad atrasada y escasamente alfabetizada, en la que una ahora débil oligarquía ejerce el control económico y político.64 Conflictividad social, depresión económica y unas endebles estructuras de gobierno, constituyen el cóctel perfecto para que el republicanismo y los movimientos obreros refuercen su presencia en la ciudad.

En 1931, tras la proclamación de la Segunda República Española, Málaga fue la ciudad española más afectada en los trágicos sucesos provocados por los anticlericales y extremistas de izquierda, entre los días 10 y 13 de mayo, conocidos como la quema de conventos.66 En 1933, salió de Málaga el primer diputado del Partido Comunista de España,67 debido a esto y al gran número de militantes activos relacionados con el socialismo, el anarquismo y el comunismo, durante esta época Málaga era denominada Málaga la Roja, a pesar de los sectores liberales y conservadores de la ciudad, cuya presencia también era numerosa.

Tras el estallido de la Guerra Civil, la ciudad permaneció bajo el control republicano hasta principios de 1937, cuando el ejército franquista, con la ayuda de los voluntarios italianos y a las órdenes del general Queipo de Llano, lanzó una ofensiva contra la ciudad que fue ocupada el día 7 de febrero.69 La represión posterior fue una de las más duras y crueles de la guerra,70 estimada en unos diecisiete mil fusilados, enterrados en fosas comunes como las del cementerio de San Rafael


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Durante la dictadura de Francisco Franco, Málaga experimentó una fuerte expansión demográfica, provocada por la inmigración desde diferentes puntos de la provincia hacia la propia capital, y económica, motivada por el boom turístico de la Costa del Sol. También se produjeron flujos migratorios hacia otras zonas España y Europa Central .Con la monarquía parlamentaria y la Constitución de 1978, Málaga saludaría al nuevo siglo como un notable centro cultural y económico del Sur español y del Mediterráneo, siendo la ciudad con mayor actividad económica de toda la CC. AA. andaluza.

En la orilla oeste del Guadalmedina se situaba el arrabal urbano y la zona industrial, donde los obreros y las clases populares eran los habitantes habituales, perdurando esta situación hasta bien entrado el siglo XX, con la excepción del barrio de El Perchel, arrabal árabe anterior a la Reconquista. El éxodo rural, como en el resto de España, se produjo desde finales de los años 50, y huertas, vaquerías y viejos complejos industriales fueron sustitidos por barrios obreros habitados por gente joven que atraída por las oportunidades laborales relacionadas con el boom turístico e industrial, recalaba en la ciudad. El resultado fue el de un urbanismo mal planificado y apresurado, con grandes deficiencias en infraestructuras, servicios y equipamientos necesarios.79 Hasta bien entrados los años 90 existían en esas zonas los típicos corralones, pequeñas viviendas plurifamiliares que se asoman a una galería

 
voladiza en torno a un patio o plazuela central, con un pozo o una fuente en el centro, de los que aún sobreviven algunos en los barrios de El Perchel y La Trinidad. La Comisión Europea ha seleccionado a la ciudad de Málaga para su inclusión entre las buenas prácticas de desarrollo urbano que han recibido Fondos Urban en el periodo 2007-2013. Junto con San Sebastián, son las únicas grandes ciudades españolas elegidas.

MONUMENTOS Y LUGARES DE INTERES.
Málaga ha sido declarada Conjunto Histórico

ya que pocas ciudades en el mundo presentan una superposición tan amplia de huellas del paso de civilizaciones a lo largo de los siglos, tanto de Oriente como de Occidente, en tan reducido espacio urbano. Restos fenicios, púnicos, romanos, árabes, etcétera, convierten el centro de la ciudad en un auténtico palimpsesto histórico en el que conviven monumentos como el Teatro Romano, la Alcazaba, la Catedral, la Aduana, la Judería y un rico patrimonio arqueológico soterrado.
Alguno de sus principales monumentos están situados en el monte Gibralfaro y sus inmediaciones. De la Mālaqa musulmana se conserva el castillo que corona el monte, construido durante el siglo XIV por Yusuf I sobre un anterior recinto de origen fenicio que también contenía un faro que da nombre al cerro (gíbal al-faruh, 'monte del faro'). A los pies de Gibralfaro se encuentra la Alcazaba, significativa fortificación palaciega de época musulmana, y en la falda norte de la ladera de la Alcazaba, el Teatro Romano, edificado a comienzos del siglo I en la época del emperador Augusto.
Tras la conquista cristiana de la ciudad, se construye la Catedral de la Encarnación, de estilo renacentista pero con elementos barrocos; después de dos siglos de obras se interrumpió su construcción y la falta de una de sus torres le ha valido el apodo de «La Manquita». Entre sus más valiosos elementos destaca la sillería del coro, obra del imaginero Pedro de Mena. Junto a la catedral se encuentra el Palacio Episcopal, edificio barroco clasicista con una elaborada portada-retablo.

Parques y jardines

El Parque de Málaga, conocido simplemente como el Parque, es un jardín botánico subtropical paralelo al puerto, formado en terrenos ganados al mar, entre la Plaza de la Marina, al oeste, y el neogótico Hospital Noble y la neomudéjar Plaza de toros de La Malagueta, al este. Se trata de una avenida de casi un kilómetro de longitud, jalonada con pequeñas estancias, paseos y estatuas, que se inició en 1896. Contiene ejemplares vegetales procedentes de los cinco continentes y adaptados de manera natural a Málaga, constituyendo una rareza botánica en Europa.82 El parque se encuentra flanqueado por edificios monumentales, como la Casa Consistorial, la sede del Banco de España, el neomudéjar Rectorado de la Universidad, la antigua Casa del Jardinero Mayor y el Palacio de la Aduana



palacio neoclásico del siglo XVIII sede del Museo de Bellas Artes, que destaca por sus muros almohadillados y por las palmeras que flanquean su fachada principal.[cita requerida] Junto a este parque se sitúan otros dos jardines históricos: los geométricos Jardines de Pedro Luis Alonso y los aterrazados Jardines de Puerta Oscura, que descienden por la ladera sur de Gibralfaro.



  Muy cerca, el Palmeral de las Sorpresas propone un paseo flanqueado por una singular pérgola en un jardín integrado por palmeras, arbustos, plantas y fuentes minimalistas, junto a la lámina de agua del muelle 2 del recinto portuario de la ciudad. El patrimonio botánico lo completan el Jardín Botánico de la Universidad de Málaga y cuatro jardines históricos situados en el extrarradio que antiguamente formaban parte de villas burguesas y que en la actualidad están abiertos al público. En el extremo norte se encuentran el Jardín Botánico La Concepción84 y los Jardines de la Finca San José y en el suroeste, el Jardín histórico El Retiro y el Jardín histórico La Cónsula
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CENTRO HISTORICO DE MALAGA.
La Alameda Principal, principal arteria del centro histórico, es un paseo flanqueado por varios ficus bicentenarios, primer gran paseo de los burgueses malagueños. Se configura durante el siglo XVIII. Posee varios puntos de interés como la taberna Antigua Casa de Guardia, establecimiento con siglo y medio de historia donde se sirven los típicos vinos malagueños, el edificio Edipsa o la casa donde se alojó durante su estancia en la ciudad el escritor danés Hans Christian Andersen, quien tiene una estatua dedicada.


La calle Marqués de Larios, legado de la planificación urbanística de la ciudad decimonónica, es una vía abierta en 1891 con la idea de comunicar la plaza Mayor (hoy plaza de la Constitución) con el Puerto de Málaga. Flanqueada por una serie de edificios de estilo inspirado en la Escuela de Chicago, es un ejemplo único en Andalucía y donde tienen lugar casi todos los grandes acontecimientos de la ciudad.
La ciudad es también conocida por ser el lugar de nacimiento del famoso pintor Pablo Ruiz Picasso y cuenta con dos espacios dedicados al artista en el centro histórico: la Casa Natal de Picasso,86 situada en la Plaza de la Merced, que alberga la fundación del mismo nombre y donde se conservan objetos de su infancia, y uno de los tres museos de mayor importancia sobre el artista, el Museo Picasso Málaga.87 Además, en el centro histórico y sus alrededores están ubicadas algunas de las más notorias fuentes de Málaga
así como esculturas modernas.
Entre la Plaza de la Merced y la Plaza de la Aduana se encuentra la calle Alcazabilla. Un recorrido por esta calle es un viaje por los últimos 3.000 años de la historia de la ciudad, ya que concentra en sus 250 metros el neoclásico Palacio de la Aduana, el acceso a la Alcazaba, el Teatro Romano que se puede contemplar en su totalidad desde un balcón mirador, parte de la Judería de la ciudad y el jardín arbolado de la trasera del Museo Picasso, en el renacentista Palacio de los Condes de Buenavista, cuyo sótano contiene restos de la antigua muralla fenicia de la ciudad.