atraviesa la población, separando a un lado el popular barrio de Salipota y al otro, la parte más antigua del pueblo, situada bajo el promontorio en el que se localiza el Poble Vell, edificado alrededor de un castillo en un
espacio estrecho y amurallado, conserva toda la fisonomía medieval de calles estrechas, arcadas y porches. Su nombre podría proceder del topónimo romano Sorisa, que quiere decir blanco. Se llamaba así por sus numerosa minas de sal.
Los orígenes del núcleo urbano de Súria hay que buscarlos en el final de la época medieval, aunque no fue hasta finales del siglo XVII y XVIII cuando experimentó su mayor crecimiento, convirtiéndose en una villa fortificada aprovechando su enclave natural.
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