jueves, 12 de abril de 2012
DESDE PLAYA DE ARO Y CHAPOTEANDO AGUA HASTA PALAMÓS
Palamós es una villa española de la Costa Brava
perteneciente a la provincia de Gerona y a la comarca del Bajo Ampurdán,
Cataluña.[cita requerida] Su puerto comercial es el cuarto de Cataluña tras el
de Barcelona, Tarragona y Villanueva y Geltrú
Las primeras referencias del asentamiento humano en
Palamós se encuentran en el dolmen de Montagut (2500-1500 a. C.). y los
posteriores restos de un poblado ibérico en la Playa de Castell.
Algunos autores han supuesto que Palamós , con el
nombre de Paleópolis, fue una de las más antiguas colonias que los griegos
tuvieron en esta parte del litoral español; pero lo cierto es que en la
Geografía y en la Historia de la antigüedad no hay mención segura de este
lugar.
En 1277, Pedro III el Grande, encarga la compra del
castillo de Sant Esteve, construido sobre restos romanos, e inicia de esta
manera el desarrollo de un nuevo núcleo de población, alentado en 1279 con la
concesión de los privilegios descritos en la Carta Puebla y la
creación de un mercado semanal (Pedro III el Grande
compró el terreno en que se asentó posteriormente la villa y dio a su baile,
Astrugo Ravaya, el encargo de fundarla, como excelente lugar de refugio para
los buques que en caso de temporales acudían a su hermosa y segura bahía).
Su fundación fue consecuencia de la necesidad de un
nuevo puerto real en la zona del Ampurdán, dado que el antiguo puerto de
Torroella de Montgrí sufría una acelerada colmatación.
Varios documentos de Carlos I de España aparecen
fechados en Palamós y en su puerto desembarcó Francisco I de Francia cuando
vinó a España prisionero.
En 1543 los ataques de la escuadra turca de
Barbarosa hacen caer la Villa de Palamós ocasionando una gran catástrofe en la
población. De esa época data una bula papal concedida para permitir la
recuperación de Palamós.
La peste asoló la villa en 1652 y fue el origen del
voto de peregrinar una vez al año hasta la ermita de Bell-Lloch datada del
siglo XIII.
En 1694 la tomaron por asalto los franceses y
pasaron a cuchillo a sus defensores, la guarnición se replegó en el fuerte. Al
abandonarla, los invasores desmantelaron sus fortificaciones, y en 1809 otra
vez los franceses tuvieron que tomarla por la fuerza.
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