miércoles, 25 de enero de 2012

CASTILLO DE CARDONA Y SU MISTERIO ESCONDIDO

Castillo de Cardona
Castillo de Cardona.El Castillo de Cardona se encuentra en la localidad de Cardona (provincia de Barcelona, España). Este castillo es probablemente la fortaleza medieval más importante de Cataluña. Está situado sobre una colina que domina el valle salino y el valle del Cardener que construido en el año 886 por Wifredo el Velloso. De estilo románico y gótico, incluye la denominada Sala Dorada y la Sala dels Entresols. Durante el siglo XV, los duques de Cardona fueron la familia más importante de la Corona de Aragón, sólo por detrás de la Casa Real. Por esto se los denominaba reyes sin corona, pues disponían de extensos dominios territoriales en Cataluña, Aragón y Valencia, y vínculos dinásticos con las casas reales de Castilla, Portugal, Sicilia y Nápoles.
En 1714, después de un asedio que destruyó en buena parte las murallas del castillo, fue uno de los últimos reductos en entregarse a las tropas borbónicas de Felipe V después de la conquista castellana durante la Guerra de Sucesión Española. Su joya es la torre de la minyona (del siglo XI), de 15 metros de alto y más de 10 metros de diámetro y la iglesia románica de San Vicente de Cardona.

Actualmente el castillo alberga el Parador Nacional de Turismo "Duques de Cardona", y ha sido incluido entre los diez mejores castillos de Europa en los que hospedarse por los usuarios de TripAdvisor, la mayor comunidad de viajeros en Internet según el programa

Cuarto Milenio que se emite en la cadena "Cuatro" de España, el castillo alberga en su habitación número 712, fenómenos extraños como imágenes espirituales o ciertas psicofonías, así como muebles moviéndose dentro de la misma. La habitación sólo se alquila si el huésped la pide expresamente y el servicio de habitaciones como el personal de limpieza, trabaja en esta planta de dos personas en dos.

El milenario castillo, convertido en Parador Nacional es cuna de innumerables misterios. En 1976 se iniciaron las obras de remodelación del castillo con el objetivo de transformarlo en Parador Nacional y aquel fue el punto de partida, el inicio de unos inquietantes fenómenos que a día de hoy se siguen sucediendo. Cardona es un pequeño pueblo ubicado en pleno

corazón de Cataluña. Sus escasos 4.000 habitantes y un entorno envidiable dotan a los visitantes de una paz embriagadora, aunque, paradójicamente, los amantes de las emociones fuertes pueden encontrar su panacea en el monumento más representativo e importante de los que conforman el patrimonio cultural del pueblo: el señorial castillo y unos habitantes que no parecen dispuestos a abandonar lo que hace más de 1.000 años fue su hogar.

El escenario es, sencillamente, perfecto. Un castillo con más de 1.000 años de existencia, mudo testigo de guerras, muertes, torturas y sufrimiento entre sus paredes. Son varios los trabajadores del parador que afirman escuchar voces extrañas, golpes, pasos y que han visto objetos cambiar de sitio sin explicación aparente. Y todo esto se da lugar en un emplazamiento muy concreto del enorme castillo: la habitación 712. Generalmente esta habitación permanece cerrada y no se alquila a los turistas, a menos, claro está, que estos la soliciten expresamente en la recepción.

A la hora de hacer la limpieza en la séptima planta, los trabajadores tienen permitido hacerlo de dos en dos en lugar de hacerlo solos como ocurre en el resto de plantas. Algunos de los que han osado pasar una noche en la temida habitación, así como aquellos que efectúan su limpieza coinciden en la aspecto de las apariencias espectrales que se han avistado, objeto de numerosos estudios de fenómenos paranormales: un hombre, un monje y una mujer, ataviados con vestimenta propia de la época medieval.

Es por muchos conocido el relato según el cual las encargadas de la limpieza fueron testigos de excepción de unos inquietantes sucesos: Existe la costumbre de golpear las puertas de las habitaciones antes de entrar en ellas, pese a saber que sus huéspedes ya la han abandonado. En este acto mecánico, una de las trabajadoras llamó a la puerta de la misteriosa habitación, recibiendo, para su sobresalto y el de quienes la acompañaban, respuesta desde el otro lado: "Espere". Al repetir la misma acción, extrañados de que aún pudiera haber alguien en la habitación, recibieron, de nuevo, la misma contestación: "espere".

Tras las pertinentes comprobaciones en recepción de que nadie se había hospedado allí, trataron de forzar la puerta sin éxito. Minutos más tarde, no obstante, esta cedía sin la menor resistencia. Todo estaba en orden. Todo salvo el baño, donde había un grifo abierto y dos pisadas frente a él. Sin embargo nadie podía haber salido de allí, ya que algunos de los trabajadores que se encontraron con la sorpresa, no se habían movido del lugar hasta que lograron abrir la puerta.

También son muchos los que, sin haberse hospedado en la misteriosa habitación, han sufrido sus efectos. Algunos de los que han pasado la noche en la planta inferior, aseguran no haber podido pegar ojo por el continuo movimiento de muebles que se arrastran de un lugar a otro. Del mismo modo, el fantasma errante de una doncella que se lamenta mientras vaga por el pasillo de la séptima planta es también una constante en las referencias de los intrépidos que se han atrevido a acercarse al lugar.

Relatos y vivencias los hay tan variados como numerosos pero hay algunos hechos de los que sí puede darse fe con voces acreditadas. Al iniciarse las obras de reforma, el perro que acompañaba al guardia que hacía la ronda nocturna se negaba a avanzar más allá de la zona en la que se encuentra la habitación 712. Allí, el animal mostraba un inusitado nerviosismo sin causa aparente y ladraba sin cesar.
El señorial castillo fue construido en el año 886 por Wilfredo "El Velloso".


Allá por el siglo XV, el castillo fue el hogar de Ramón Folch y su esposa Enjuncia, vizcondes de Cardona. Su hija, la joven Adalés inició un romance con Abdalá, un principe árabe del cercano castillo de Maldá. De nada sirvió la conversión del joven al cristianismo. Ramón Folch encerró a su hija en la torre más alta del castillo, conocida popularmente como "la Torre de la Minyona" (la torre de la doncella, en catalán), donde finalmente murió.

Según se cuenta, la aparición de una mujer ataviada con la indumentaria propia de la época medieval, podría tratarse de la joven Adalés, que continúa lamentándose de tan desgraciada historia de amor. Más difícil ha sido ponerse de acuerdo respecto de la identidad de las otras dos formas fantasmales que algunos aseguran haber visto: la de un caballero y la de un

monje. Aún hay muchas preguntas sin respuesta y hechos a los que cuesta encontrar una explicación. En cualquier caso, tanto los más escéptico como los más creyentes encontrarán en el castillo de Cardona un emplazamiento sin igual donde la historia, el misterio y la belleza se reúnen para proporcionarles a todos una estancia inolvidable.


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